lunes, 21 de septiembre de 2015

El origen de nuestra Cueca: ¿Desciende de la Zamacueca peruana?


El músico y escritor contemporáneo de la Independencia, José Zapiola,  en su obra “Recuerdo de Treinta Años”, se refiere al origen de nuestro  Baile Nacional : “Al salir yo en mi segundo viaje a la República Argentina en Mayo de 1824, no se conocía este baile. A mi vuelta  en 1825, ya me encontré con esta novedad. Desde entonces, Lima nos proveía de sus innumerables y variadas zamacuecas, notables o ingeniosas  por la música  que inútilmente  tratan de imitarse entre nosotros.””
La palabra zamacueca se derivaría según el  conocido y renombrado decimero peruano, Nicomedes Santa Cruz de las palabras “Semba” saludo y “Cuque” danza, provenientes del kimbundu bantú que significarían “saludo de danza”.
Sabido es que la zamacueca nació en los barrios de afroperuanos en tiempos coloniales, probablemente como mezcla de ritmos hispanos y africanos.Se bailó en los llamados "barrios altos" y después por mucho tiempo en el Festival de Amancaes.


En Chile esta “moda” como la llama Zapiola, se popularizó rápidamente, En las “Chinganas” de la época, que eran locales de baile y comida, la Zamacueca comenzó a reinar sin c contrapeso. A pesar de que numerosas autoridades, especialmente de la Iglesia Católica, consideraban el baile como “lascivo”, tuvo grandes admiradores, incluyendo al famoso Ministro Diego Portales, quien acostumbraba visitar las Chinganas,. Unas de las grandes cultoras de esta nueva danza fueron las hermanas Pinilla, mulatas provenientes del pueblo de Petorca, por lo cual su conjunto fue llamado “Las Petorquinas”. Según los cronistas, estas hermanas le dieron un nuevo aire indicando las crónicas que se distinguían “por la perfección y novedad de su canto y baile, y también por la decencia con que se expedían”. Famosas en Santiago  en la época fueron llevadas hasta los elegantes ambientes del  Teatro Municipal, donde al final de las funciones, siempre se interpretaba la zamacueca  chilena.
Con el nombre de Zamacueca Chilena,  se bailó largo tiempo, hasta fines del Siglo XIX, en que el nombre se modifica a cueca chilena.
Según los entendidos, la zamacueca limeña sufrió algunas transformaciones en Chile, volviendo al Perú con el nombre de “Chilena”, el cual fue cambiado por el periodista Gamarra, a raíz de la Guerra del Pacífico, bautizándola como “Marinera”
La Cueca  o Zamacueca Chilena tuvo una gran difusión: pasó a la zona de Mendoza, en Argentina, donde se la conoce como “cueca cuyana”, en Bolivia está versión de “Cueca Boliviana”. Incluso llegó a México, llevada según se dice por marinos chilenos, a la Región de la Costa Chica, donde mezclada con los ritmos locales se le conoce como “Chilena” En Chile tenemos varias versiones de la danza: Cueca nortina, cueca huasa, cueca chilota, cueca porteña o cueca brava.
Como en todas las manifestaciones humanas, el baile y su atuendo ha sufrido modificaciones: en los primeros tiempos la música era interpretada solamente por mujeres, que  tocaban guitarra, arpa y tormento principalmente y además eran las “cantoras”. En ningún grabado antiguo, se ven hombres tocando o cantando. Solamente a  mediados del Siglo XX aparecen conjuntos de huasos de escenario  en que son hombres los que interpretan; los más antiguos fueron “Los Cuatro Huasos” que dieron origen a esta nueva moda  que después se popularizó hasta la actualidad. También cambia la vestimenta de la  mujer cambia: del antiguo vestido largo o falda de percal  se llega al día de hoy en que se usa un vestido con un falso de can can, muy distinto del atuendo original.

Hoy día hay un renacer de la danza, gracias a las interpretaciones de conocidos conjuntos, especialmente los cultores de la Cueca Brava. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

¿COMBATIERON AFROCHILENOS EN LA INDEPENDENCIA DE CHILE?






                                    




Seguramente, para muchos esta pregunta les resultará extraña. ¿Afrodescendientes chilenos en las Batallas de la Independencia?- ¿Cómo  puede ser eso, si de acuerdo a lo que nos enseñaron   en el colegio, jamás se dijo tal cosa? Pues sí, tal como se lee, en las diferentes batallas de la Independencia combatieron varios centenares de “negros” chilenos, y no solamente eso, se distinguieron como  bravos soldados. Y  ellos pelaron agrupados en un Cuerpo especial  denominado  “Batallón Infantes de la Patria”.
Este Batallón, tuvo su origen en tiempos coloniales, cuando a mediados del Siglo XVIII, el Gobernador de Chile dispuso formar una guardia de milicianos voluntarios, cuerpo que tomó el nombre de “Batallón de Pardos”, con el objeto de vigilar las calles y proteger el comercio, algo así como los llamados “serenos”. Esta milicia se formó exclusivamente  con  afrochilenos mestizos, que  eran civiles que se  desempeñaban en labores de comercio y artesanía, como zapateros, barberos, sastres y similares. Para estos ciudadanos, hombres libres afrodescendientes, era una forma de subir en la cerrada jerarquía social de aquellos tiempos, aunque tuvieran que costearse en forma personal su equipo y armamento. La oficialidad fue al comienzo de ciudadanos españoles de las llamadas familias patricias, pero con el tiempo fueron comandados igualmente por oficialidad afrochilena. Y además  de su trabajo normal de guardias cívicos, empezaron a reemplazar a los soldados de línea, cuando por alguna emergencia, éstos debían de salir de Santiago, trabajo que desempeñaron  en muchas ocasiones.
Con la llegada de los aires de la Independencia, este Batallón pasó a denominarse  “Batallón Infantes de la Patria” y luchó bravamente en muchos de los combates y batallas, bajo las órdenes principalmente de José Miguel Carrera. En 1813, el Gobierno oficializa la disposición del cambio de nombres:
Teniendo en consideración el Gobierno que la verdadera distinción de los ciudadanos, sólo deben formarla el mérito y las virtudes; que el batallón denominado de Pardos ha dado y está dando las más heroicas pruebas de su amor a la Patria, y del generoso entusiasmo y esfuerzos con que se halla dispuesto a sostener la causa de nuestra libertad, y finalmente que la Patria no debe permitir que ciudadanos tan nobles se distingan con título alguno que suponga diferencia entre ellos y los demás cuerpos del Estado, ha venido en decretar:
1. ° El nombre de batallón de Pardos queda para siempre abolido en el territorio de Chile. Los militares se emplean todos en la defensa de la Patria, y ella sin distinguir de condición los aprecia igualmente, no teniendo consideración sino a sus virtudes.
2. ° El batallón que hasta ahora se ha conocido con este título, se denominará en adelante batallón de Infantes de la Patria.
3. ° .Este decreto se circulará, y hará notorio a todos los jefes y cuerpos militares; se publicará por la plaza y se imprimirá.
Dado en la sala de Gobierno de Santiago de Chile, a 25 de Abril de 1813. - Francisco Antonio Pérez - .José Miguel Infante - .Agustín de Eyzaguirre - .Mariano Egaña, secretario.
 Después del desastre de Cancha Rayada, le correspondió proteger junto con otras tropas la emigración de patriotas a Mendoza, donde  los sobrevivientes del Batallón  entregaron su pabellón de combate a las autoridades. Integrados posteriormente en los cuerpos del Ejército de Los Andes, al mando de San Martín, tomaron parte en las Batallas de Chacabuco y de Maipú. También en ese ejército combatieron los Afroargentinos, formados en dos batallones, el 7º y el 8º al mando de  sus jefes, Conde y Cramer.


José Romero un  héroe afrochileno en la Independencia.
Romero había nacido en 1794, era hijo de un blanco de la clase alta con una mujer negra. En 1807 ingresó al Batallón Infantes de la Patria, como “tambor”. Se quedó definitivamente en el Ejército después del Cabildo Abierto de 1810.
En 1813, sale bajo las órdenes de Carrera, a la lucha contra el español General Pareja, que cuenta con numerosas tropas y el apoyo de los habitantes de Chiloé, a los que les ha prometido una campaña rápida y un buen botín de guerra para que se enrolaran en su bando. Años más tarde Romero dijo del General Carrera: “nos entusiasmaba con el fuego de su palabra y con su energía de capitán””
El bautismo de fuego le llega a Romero en el Combate de San Carlos, el día 15 de Mayo. Allí se comportó con bravura, “mirando con serenidad el peligro” según las palabras de Carrera. Tras esa primera acción, vinieron muchas más: el sitio de Talcahuano, la captura de la fragata española Santo Domingo de Guzmán, donde fue el primero en abordarla; Se distingue después en el Sitio de Chillán, con un arrojo increíble al penetrar en la ciudad con siete soldados. Más adelante pelea en el Combate de El Roble. Después de la Batalla de Chacabuco, Romero se reintegra al Ejército Patriota, con el grado de Teniente Segundo. Participa en la recuperación de Concepción y asciende a Teniente Primero. Después viene el combate decisivo: Maipú. En ese encuentro entre realistas y patriotas participa activamente el Batallón “Infantes de la Patria”. El historiador Vicuña Mackenna se refiere a este Batallón con las siguientes palabras: “Este Batallón….se cubrió de gloria con aquella maniobra salvadora” en relación a la actuación de los Infantes en el ataque.
Durante su vida civil  se destacó por sus obras benéficas y filantrópicas, por lo cual fue muy querido por la gente y muy lamentada la noticia de su fallecimiento, ocurrido cuando contaba con 64 años de edad, el 28 de Marzo de 1858.